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Hay un momento que se da con los que más quieres, pero también con uno mismo. Con la música bajita; o con gente hablando de fondo. Darse es gustico... No debería ser algo complicado; no debería tener reservas; ni filas; ni un manual de etiqueta. Simplemente debería ser algo fácil de digerir.

Karate pig debe todo a su origen milenario !Hasta su nombre!

Pero entendió que incluso la tradición tiene que estar a la vanguardia. Por un lado es Pig, porque está diseñado para que lo lleves a mano limpia. Sin manteles, ni platos de porcelana; y por otro lado es Karate, porque quiere enseñarte que tu paladar merece ser cinturón negro y está dispuesto a llevarte paso a paso por ese viaje.

KARATE PIG, no es una marca; es la forma en la que se hace todo por estos lares. Donde la tradición y la disciplina se quedan en la cocina; y a tus manos llega algo fácil de comer, con la tranquilidad que el mundo tanto necesita.